Al día siguiente fuimos a conocer la ciudad de Riotinto y su famoso Museo Minero. Allí había expuestos muchos minerales, que me llamaron mucho la atención. Aquí hay algunos:
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| Calcita |
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| Fluorita azul sobre barita |
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| Botriógeno |
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| Azurita (azul) y malaquita (verde) |
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| Filamentos de plata nativa |
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| Galena |
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| Pirita |
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| Calcopirita |
Después nos acercamos en coche hasta la Peña del Hierro, una explotación minera a cielo abierto. Nos metimos por el túnel de Santa María. Tuvimos que colocarnos unos cascos de minero y hacer un recorrido por el interior de la tierra. Había un grupo de murciélagos que se incomodaron un poco con nuestra visita. Los mineros bajaban por un pozo con ascensor llamado malacate. La mina está hoy inundada, por lo que en el fondo hay un lago de aguas rojas, como todo el Río Tinto. Este proceso se debe a que unas bacterias que viven allí aprovechan el hierro como nutriente y lo oxidan en presencia de la luz solar. El óxido de hierro formado es rojo. Los científicos piensan que estas bacterias podrían ser similares a las que existieron alguna vez en el planeta Marte. En la mina se podía extraer, entre otras cosas, gossan, pirita, calcopirita y caolín.
Mi madre me contó que también mi bisabuelo había sido minero en las minas de mercurio de Almadén y murió de la enfermedad de los mineros: la silicosis.
Después de comer, nos fuimos a un tren minero que han restaurado para conocer las instalaciones mineras de la Rio Tinto Company, que los ingleses gestionaron desde 1873. Recorrimos varios kilómetros hasta la antigua estación de Los Frailes, siguiendo el curso del Río Tinto. Recogí algunos minerales, que me traje a casa como recuerdo: gossan, azufre, pizarra, limonita y manganeso.
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